Movilidad de estudiantes ante Co-vid19: una mayor dificultad para los estudiantes extranjeros

Francia es un destino popular para los estudiantes extranjeros, situándose en el quinto lugar entre los países de acogida del mundo, con 385.000 estudiantes en 2019. También es el primer país de habla no inglesa en recibir a estudiantes no europeos, principalmente de África o Asia. Esta movilidad representa cerca de 4.650 millones de euros en gastos diarios, matrículas escolares y costes de transporte.

Representando un gran impacto económico, el gobierno desea impulsar la recepción de estudiantes extranjeros, con el objetivo de que más de 500.000 estudiantes extranjeros se matriculen en la educación superior para 2027. Sin embargo, la crisis del covid-19 ha frenado muy claramente este impulso. Según estimaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores, la tasa de estudiantes de Asia y América se ha reducido en un 40%. Según Campus France, casi el 20% de los estudiantes extranjeros faltan este inicio del año escolar.

La crisis sanitaria ha retrasado la expedición de diplomas e interrumpido la organización de los servicios consulares para la expedición de visas: se solicitaron 65.000 visas de estudio (incluidas 45.000 expedidas) frente a 110.000 en 2019, a pesar del anuncio de la gobierno para priorizar el procesamiento de solicitudes de visa de estudiante. Asimismo, las dificultades logísticas y el riesgo de re-confinamientos locales o territoriales han empujado a los estudiantes a posponer o cancelar su movilidad internacional.

Por lo tanto, las instituciones de educación superior han tenido que adaptarse mientras intentan mantener su atractivo internacional. Las universidades y los colegios privados son los más afectados por la situación actual, ya que las tasas de admisión para estudiantes de fuera de la UE pueden triplicarse muy rápidamente o incluso multiplicarse por 5, en comparación con las tasas de un estudiante de la UE. . Estas cifras pueden llegar hasta los 10.000 euros para el grado o los 18.000 euros para el máster. Estas tasas de matrícula constituyen una parte sustancial del presupuesto anual de estas escuelas. Además de la consideración financiera, la proporción de estudiantes extranjeros dentro de una escuela se tiene en cuenta en las clasificaciones internacionales y contribuye a su atractivo global, atrayendo aún más estudiantes extranjeros y conduciendo a un círculo virtuoso. .

Para compensar la falta de estudiantes extranjeros, las escuelas se han basado en una mayor flexibilidad, mediante la creación de nuevas empresas escalonadas y cursos de aprendizaje a distancia. También están revisando los métodos de examen, dando más énfasis a las verificaciones de conocimientos, en lugar de los exámenes finales. Sin embargo, este “retorno híbrido” tiene sus límites. De hecho, algunos estudiantes extranjeros afirman que han pagado sus tasas de admisión antes de ser informados de que su reingreso solo se realizará en línea. Habiendo optado por quedarse en casa, o no haber tenido su visado, se enfrentan a un jet lag, algunos de los cuales son muy importantes para asistir a clases. Para aquellos que han logrado conseguir un vuelo a Francia, encontrar alojamiento e incluso comenzar lecciones, se sienten decepcionados por no poder beneficiarse de la experiencia de expatriado específica de los intercambios internacionales.

Esta transformación de la pedagogía, aunque beneficiosa para las tasas de matrícula de los estudiantes extranjeros en las escuelas, no siempre parece facilitar la integración y la socialización. Además, estas soluciones son suficientes en el corto plazo, pero si esta situación persiste, ¿qué pasa con el impacto de esta falta de estudiantes en el alcance de las instituciones? Además, una gran mayoría de los estudiantes extranjeros que han obtenido sus diplomas se quedan a trabajar en Francia. Sin embargo, si los cursos se realizan ahora a distancia, ¿seguirá siendo así? Por tanto, hay que repensar la movilidad de los estudiantes, y las escuelas ya están pensando en una movilidad más corta, al tiempo que desarrollan más las herramientas de comunicación y formación a distancia, sabiendo que no lo resuelven todo.