Airbnb la gentrificación de las grandes ciudades

Fundada en 2008, la plataforma de alquiler de vacaciones Airbnb tiene más de 2 millones de anuncios en línea. En pocos años se ha consolidado como la mejor alternativa a las estancias hoteleras, abogando por la autenticidad y la posibilidad de descubrir una ciudad como un nativo, sumergiéndose en los locales.

Airbnb ofrece una amplia gama de alquileres (habitaciones, apartamentos, casas, yates, cabañas, etc.), lo que le permite atraer clientes de todos los ámbitos de la vida. Además, sus beneficios no se limitan a los vacacionistas, ya que los propietarios publican sus ofertas en línea de forma gratuita y las tarifas de alquiler son gratuitas. El éxito de Airbnb es tal que los hoteles han tenido dificultades para encontrar una solución para hacer frente. También hay muchas ofertas de hoteles en Airbnb.

Una plataforma fácil de usar, multitud de ofertas, investigación a medida, todo está ahí para vender sueños; pero según la prensa y los gobiernos locales, este gigante inmobiliario estacional plantea más problemas que soluciones.

¿Qué es la gentrificación?

Según Larousse, la gentrificación es una "tendencia hacia la gentrificación de un barrio de clase trabajadora". Las consecuencias son que las personas se ven obligadas a abandonar sus hogares tras un aumento de los alquileres y del precio del metro cuadrado. El origen de la palabra se remonta a la década de 1960. Creado por la socióloga británica Ruth Glass, lo usa para describir un nuevo fenómeno que está notando en el Reino Unido, y más específicamente en Londres . El término proviene del inglés gentry, que se refiere a la "gentry" y, por extensión, a las clases medias altas.
Este trastorno afecta hoy a la mayoría de las grandes ciudades, donde tiende a acelerarse y amplificarse, hasta transformar radicalmente las características de la sociología urbana. En Francia, el término aparece a principios de la década de 2000.

¿Cuál es el impacto de Airbnb en la gentrificación de ciudades grandes y medianas?

Desde hace algún tiempo se acusa a Airbnb de ser responsable de la gentrificación de ciertos barrios en las grandes ciudades. Se considera que la empresa ha creado el vínculo entre el turismo y la gentrificación. Aunque no es la única responsable, ha logrado fortalecer este vínculo.

Por ejemplo, París es considerado el mercado número uno de Airbnb en el mundo. Se ofrecen cerca de 100.000 apartamentos a los turistas, el 60% de los cuales son a través de la plataforma Airbnb. Estos alojamientos son de todo tipo (estudio, casa, apartamento, etc.) y se pueden encontrar en todos los barrios. Este deseo de descubrir ciudades como los autóctonos, empuja a los turistas a barrios antes poco visitados.

Naturalmente, este turismo favorece el establecimiento de negocios cuyos precios no siempre reflejan los medios de los habitantes del distrito. Los propietarios, conquistados por la oferta de Airbnb, no dudan en aumentar su alquiler o no renovar los contratos de arrendamiento de sus inquilinos, lo que les permite aprovechar al máximo los beneficios de la plataforma.

A pesar de los esfuerzos de los gobiernos, sigue siendo muy difícil controlar estos alquileres y el problema persiste. La ira real se está gestando en muchas ciudades como Barcelona, ​​Mallorca y Berlín. De este enfado nacieron movimientos “antituristas”, a veces apoyados por los ayuntamientos. En 2019, más de diez municipios implementaron restricciones contra Airbnb; lamentablemente no siempre fueron respetados.

Estos pueblos y ciudades se apoderaron de la Comisión Europea, en vano. Su objetivo de reducir, o al menos controlar, el desarrollo frenético de las plataformas de reservas online, no ha tenido éxito.

La gentrificación también es causada por la movilidad de jóvenes trabajadores de entornos privilegiados que no pueden encontrar trabajo y no pueden establecerse en los barrios donde crecieron.

Podría pensar que la gentrificación conduce a una mayor mezcla social, pero la mayoría de las veces, se observa un proceso de segregación geográfica que solo profundiza las diferencias sociales.

¿Cómo preservar el tejido social de cada distrito, mejorando la calidad de vida de sus habitantes y abriéndolos al turismo?

Este es uno de los desafíos urbanos de la próxima década. Una cosa es segura, sin la desaceleración de las plataformas en línea y el turismo de masas, la gentrificación seguirá ganando terreno.